Raviolis caseros rellenos de jamón ibérico y ricotta
Los raviolis caseros son una forma divertida y deliciosa de disfrutar de la pasta fresca. Esta receta combina el sabor intenso del jamón ibérico Navidul con la suavidad del queso ricotta, creando un relleno cremoso y lleno de sabor. Preparar pasta en casa puede parecer complicado, pero con un poco de paciencia, estos raviolis se convertirán en uno de tus platos favoritos.
Ingredientes:
300 g de harina de trigo (para la masa de los raviolis).
3 huevos (para la masa de los raviolis).
1 cucharadita de sal (para la masa de los raviolis).
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra (para la masa de los raviolis).
100 g de jamón ibérico Navidul en taquitos pequeños (para el relleno).
200 g de ricotta (para el relleno).
50 g de queso parmesano rallado (para el relleno).
Pimienta al gusto (para el relleno).
Nuez moscada (opcional) (para el relleno).
Mantequilla o salsa de tomate casera (para servir).
Hojas de albahaca fresca (opcional)(para servir).
Queso parmesano rallado (para servir).
Elaboración:
Para la masa de los raviolis, en un bol grande coloca la harina formando un volcán y en el centro añade los huevos, la sal y el aceite de oliva. Con un tenedor, comienza a mezclar los ingredientes desde el centro, incorporando gradualmente la harina. Una vez que los ingredientes estén integrados, amasa durante unos 10 minutos hasta obtener una masa suave y elástica. Si la masa está demasiado seca, añade unas gotas de agua; si está pegajosa, un poco más de harina.
Envuelve la masa en film transparente y déjala reposar en el frigorífico durante al menos 30 minutos. Esto permitirá que los ingredientes se asienten y la masa sea más fácil de trabajar.
Mientras la masa reposa, prepara el relleno. En un bol, mezcla la ricotta, el jamón ibérico cortado en taquitos pequeños, el queso parmesano rallado y una pizca de pimienta. Si quieres, añade una pizca de nuez moscada para dar un toque aromático al relleno. Remueve bien para que todo quede bien integrado.
Saca la masa del frigorífico y divídela en dos partes. Estira cada parte con un rodillo sobre una superficie enharinada, formando láminas finas de unos 1-2 mm de grosor. Puedes utilizar una máquina de pasta si la tienes.
Sobre una de las láminas, coloca pequeñas porciones del relleno (aproximadamente una cucharadita) dejando unos 3-4 cm de espacio entre cada una. Humedece ligeramente los bordes de la masa con agua. Cubre con la otra lámina de pasta y presiona alrededor de los montones de relleno para sellar bien los raviolis. Con un cortapastas o un cuchillo, corta los raviolis en cuadrados y presiona los bordes con un tenedor para asegurarte de que queden bien sellados.
Lleva a ebullición una olla grande con agua y sal. Cocina los raviolis durante 3-4 minutos, o hasta que estén al dente. Escúrrelos con cuidado para evitar que se rompan.
Sirve los raviolis caseros con una salsa de mantequilla derretida y hojas de albahaca fresca, o con una salsa de tomate casera si prefieres algo más ligero. Espolvorea un poco de queso parmesano rallado por encima para darle el toque final.
¡Y a disfrutar! Un plato que combina la tradición italiana con el sabor inconfundible de un buen jamón ibérico. ¡Que aproveche!
