La mejor bandeja de embutidos para Navidad
Todos sabemos que no hay comida o cena de Navidad que se conciba sin unos buenos entrantes con embutidos y jamón. El picoteo previo a los platos principales forma parte de nuestra cultura, de la charla, de estar juntos y ponernos al día mientras vamos acomodándonos en la mesa, abriendo el vino… Y por supuesto, nosotros no entendemos estos entrantes sin embutidos, quesos y jamón. ¿Pero te has planteado alguna vez cómo los entrantes potencian lo que vayamos a comer después? Antes de lanzarte con el jamón y la tabla de embutidos para Navidad, piensa cómo es tu plato principal Las bandejas de jamón y embutidos no sólo sirven para matar el gusanillo mientras el plato principal llega. Elegir bien lo que incluimos en ellas puede potenciar, y mucho, los sabores y matices de la carne, el pescado o la verdura que venga después. Como normal general, te recomendamos que pienses en la bandeja de embutidos y jamón perfecta como un elemento para equilibrar tu plato principal. Es decir, si tu plato principal es muy potente en sabor o cantidad, conviene que tus entrantes sean más ligeros. Sin embargo, si vas a optar como plato principal por algo más suave, como un pescado al horno, podrás permitirte todo un despliegue de sabor en tu bandeja de embutidos de entrante. ¿Existe la bandeja de embutidos para Navidad perfecta? Lo cierto es que cada uno tenemos unas preferencias en cuanto a tipos de embutido y jamón, cantidad y variedad. Por eso, la perfección está más bien en pensar en esas variables, en poner un poco de todo, ni mucho ni poco, y bien presentado.
Aquí van algunos trucos:
1. Lo primero, piensa cuántos sois.
Tendemos a volvernos locos con las cantidades y es algo que debemos tener en cuenta para triunfar con nuestra cena. Mejor poco y bueno que mucha cantidad. Adáptate a los comensales que tengas ese día.
2. Este año, especialmente cuidadosos con la higiene.
Te recomendamos preparar todo el menú y tu bandeja de entrantes con guantes y mascarilla. Así evitarás tocarte sin querer la cara y después los alimentos. Y, además, en lugar de preparar una bandeja para todos, te recomendamos dividir los embutidos y distribuirlos en varias bandejas iguales para compartir preferiblemente con convivientes.
3. En la variedad está el gusto. ¡Y la alegría!
De nuevo, en lugar de cantidad, elegimos calidad y variedad. Las bandejas de entrantes son una oportunidad para probar un poquito de todo: jamón, chorizo, salchichón…
4. Afila esos cuchillos.
Si has decidido cortar tú mismo la pata de jamón y el embutido, antes de ponerte manos a la obra, asegúrate de que tu cuchillo esté bien afilado. Y recuerda ¡elige siempre un cuchillo sin sierra! Si lo tuyo no es el corte, o no tienes mucho tiempo, recuerda que existen muchas opciones de jamón y embutido ya cortado perfectas para estas ocasiones. Sabemos que las circunstancias este año harán que muchas familias no puedan reunirse alrededor de una mesa. Pero eso no quita que puedas regalarles un jamón especial por Navidad para completar su propia bandeja de embutidos. Si tienes la suerte de celebrarlo junto a tu familia, recuerda sacar la bandeja de jamón y embutidos de la nevera unos minutos antes de servirlos en la mesa para que los productos cojan temperatura y puedas disfrutar de todos sus matices y sabor. Ah, y por muy tentadora que sea la idea de picotear antes de tiempo, ¡espera al anfitrión para empezar a disfrutar!
¡Feliz Navidad!